Libros para el verano: Los fantasmas de Italia

Pocos lugares en el mundo han acumulado tantas historias trágicas, y aquí os narro solamente las más destacadas.
Muchos venecianos evitan pasar cerca de Ca Dario, el palacio maldito construido en 1487 por un rico comerciante llamado Giovanni Dario. La desgracia pronto llegaría para él y para su hija Marietta. Al poco de vivir allí, esta se casó con un noble, Giovanni perdió todo su imperio, arrastró a su yerno en su caída y la pobre Marietta murió de un infarto.
Posteriormente, Arbit Abdoll, un millonario armenio comerciante de piedras preciosas, quiso gratificarse con su posesión pero la maldición también se cebó con él. Sus riquezas se esfumaron y murió completamente arruinado.
A mediados del siglo XIX, un intelectual inglés llamado Randon Brown llegó a Italia en plena ola romántica y se instaló en este lugar junto a su secretario y amante. La ruina que perseguía a los señores de la casa le sobrevino; él y su compañero se suicidaron.
En épocas más cercanas, otra víctima de la maldición fue el gran tenor Mario del Monaco, quien en 1964 sufrió un gravísimo accidente de coche, precisamente cuando se dirigía a Venecia para adquirir el palacio. La colisión le mantuvo ocho meses en cama y cuando se repuso descartó la idea de la compra.
En 1970, el conde Filippo Giordano delle Lanze adquirió el palacio para vivir con su amante, un joven croata llamado Raúl. Y asimismo la maldición cayó sobre ambos: en un arrebato de celos, Raúl asesino al conde y huyó a Londres donde poco tiempo después corrió la misma suerte que su víctima.
La propiedad pasó después a manos de Christopher Lambert, mánager del conocido grupo musical The Who, quien la había adquirido en el cénit de su carrera. Tampoco él pudo detener el curso de la maldición: las drogas y los manejos poco claros con los fondos del grupo le habían apartado de The Who y en 1981, después de una noche de borrachera, Lambert se cayó por la escalera de la casa de su madre y se desnucó.
A la última -por el momento- de las víctimas de Ca Dario la conocí personalmente porque fue uno de los personajes más célebres e influyentes de la Italia de su tiempo, el famosísimo industrial Raúl Gardini, hombre elegante, rico y considerado un empresario modélico e intachable, muy parecido a quien un día fue Mario Conde. A él también le pasó factura la propiedad del lujoso palacio veneciano cuando se vio envuelto en un escándalo y Gardini fue acusado de haber pagado un gran soborno al Partido Socialista de Bettino Craxi. El 23 de julio de 1993 se suicidó en Milán.
Me enteré de que desde mediados de 2008 el edificio tiene puesto el cartel de «Se vende». Es una hermosa propiedad, cargada de historia, con una vista impagable…
¿Alguien se atreve?
Paloma Gómez Borrero
Editorial: Plaza y Janés
19,90.- €

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