
.No se trata de un mero sumatorio de anécdotas, sino que hay más: una reconciliación con su hijo y su propia vida, una explicación, una preparación de este último y emocionante viaje que le queda por vivir. Muy lejos de los tormentos que cabrían esperar de un enfermo terminal, su experiencia de años en el Himalaya le hace afrontar la muerte con calma y naturalidad, sabiéndose perteneciente y copartícipe de algo más grande “…todo lo que he sido y ahora sé que no soy nada”. Por lo tanto, acertada es su crítica al materialismo actual y la necesidad de “desprenderse” para alcanzar la verdadera Felicidad.
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Sin duda, se trata de una película que no dejará indiferente a nadie por la entereza de su protagonista ante el sufrimiento y la muerte. “El fin es mi principio” es un emotivo canto a la Vida.
Elena Vidal, para «Barca de Santiago»