La publicación de la Sagrada Escritura. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española en diciembre de 2010 constituye un acontecimiento histórico. Por muchos motivos. Pero es histórico ya por el simple hecho de que sea la primera vez que una traducción de la Biblia al español esté dotada de ese carácter de oficialidad.
1. La Biblia de la Conferencia Episcopal Española, publicada en diciembre de 2010, no es la obra de ningún autor particular o privado. Es el resultado de un hermoso trabajo sinfónico al que han hecho su aportación un considerable número de especialistas y de pastores de hoy y de ayer. También el Pueblo de Dios en su conjunto ha tomado parte en la elaboración de este texto, que se ha visto enriquecido por sugerencias procedentes de la experiencia del uso de los textos empleados en la liturgia durante unos treinta años.
2. El germen del que ha crecido esta Biblia son las traducciones de los textos bíblicos al español que los obispos decidieron que se hicieran al comienzo de los años sesenta para ser proclamados en la liturgia de rito latino, cuando ésta se abrió al uso de las lenguas vernáculas, según la reforma ordenada por el Concilio Vaticano II. Aquellos textos, con algunas oportunas correcciones siguen presentes en esta versión oficial.
3. Los textos que no formaban parte del acervo litúrgico, y que han sido traducidos para esta Biblia, son básicamente – como también lo eran los litúrgicos – obra de quienes los han vertido al español a partir de los idiomas originales. Pero, según los criterios empleados para toda la empresa, esos textos han sido también elaborados siguiendo el espíritu de las anteriores traducciones litúrgicas. Además, han podido beneficiarse de las no pocas traducciones de la Biblia al español que se han hecho en los últimos cuarenta años. Por otro lado, también se han visto enriquecidos en el múltiple proceso de revisión, tanto técnico como pastoral, al que han sido sometidos.
4. Una Biblia tan especial como ésta, puede ser considerada como un fruto selecto de la renovación litúrgica y bíblica experimentada por la Iglesia en el último siglo, de la cual el Concilio Vaticano II fue al mismo tiempo efecto y causa. Por eso, bien se puede decir que la Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española constituye un hito relevante en la recepción del Concilio por la Iglesia en España.
5. La Biblia de la Conferencia Episcopal no va en contra del pluralismo de traducciones. Por el contrario, se ha beneficiado de él y es de esperar que pueda contribuir a que posibles y deseables nuevas traducciones alcancen la calidad que las haga vehículo de un mejor conocimiento de la Palabra de Dios.
6. Su carácter de Biblia oficial comporta que será la traducción utilizada en los libros litúrgicos, en los catecismos, en los textos de religión y, en general, en las acciones más específicas y públicas de la vida de la Iglesia. Pero también será de gran utilidad para ser leída y meditada en familia o individualmente, así como en tantas actividades de estudio y de reflexión en las que se emplea el texto sagrado.
7. Los obispos esperan que esta Biblia, convertida en texto de referencia capaz de favorecer la estabilidad y la unidad del lenguaje bíblico en las celebraciones, la oración, la predicación, la enseñanza, el estudio, al modo de una Vulgata española, ayude a los fieles a retener en la memoria la Palabra de Dios escrita, de cuyo conocimiento depende en buena medida el crecimiento en el amor a Jesucristo y la calidad del testimonio que la Iglesia ofrece de Él al mundo. Que así sea con la intercesión de Aquella que concibió y dio a luz al Verbo encarnado.